martes, 12 de noviembre de 2013

El Club De Los Cinefalos (programa del 11 al 18 de noviembre 2013)

El Club De los Cinefalos

Estrenos:

"Somos Los Miller"

Gamberra, irreverente, absurda y muy divertida road movie. Las llamadas comedias adultas (las que tienen en Estados Unidos una calificación R en la censura, menores de 17 años acompañados, e incluyen desnudos, sangre y palabras malsonantes) son las actuales reinas de la taquilla cruzando el Atlántico. Este verano hemos visto triunfar Cuerpos Especiales, R3sacón o ésta misma, Somos los Miller, dejando claro que el público más adulto sigue con ganas de reírse en una sala de cine, y prefiere productos menos moñas y con algo más de mala uva. Más chicha a la que hincarle el diente, vamos. Algo menos edulcorado y menos domesticado, para lo cual parece que la R, a veces símbolo de fracaso en taquilla porque limita la audiencia de las películas, sigue siendo la reina.
Una road movie sencilla, sin mucha complicación en la trama, con un grupo de personajes forzados por uno u otro motivo a compartir un viaje de Denver a Mexico ida y vuelta, para pasar marihuana de contrabando al país y que nuestro intrépido protagonista pueda pagar su deuda con un mafioso local. Aunque claro, un viaje de este estilo se enreda de una forma complicada a más no poder, con visitas inesperadas, policías corruptos, gente rara en el camino, mafiosos enfadados y una araña muy particular serán parte de los problemas a los que los Miller tengan que enfrentarse para llegar a tiempo a su destino. Y todos los miembros del reparto son plenamente conscientes de qué clase de película es ésta.

Una comedia, misión principal hacer reír. ¿Lo consigue? De sobra. Desde Jennifer Aniston a Jason Sudeikis, pasando por Emma Roberts, Ed Helms (mucho más divertido y estrafalario que en R3sacón, la verdad), Nick Offerman, Kathryn Hahn, Molly C. Quinn o los cameos de gente como Luis Guzmán o Ken Marino saben reírse de sí mismos y llevar la película de un absurdo a otro. Aunque quien se lleva la palma es Will Poulter haciendo del panoli de Kenny, un personaje tan bobo que se le coge cariño. Así que sin duda hay risas, momentos salvajes (esa tarántula…), historias surrealistas, como todo lo que implica a la familia Fitzgerald y sus… peculiaridades, o ese striptease en el que Aniston demuestra todo su poderío pese a su edad. Te ríes durante todo el metraje. Y mucho.

La película no va a revolucionar el mundo de la comedia, ni lo pretende, sólo quiere divertir. Y lo consigue, verla con amigos es lo ideal, para compartir las risas, aunque se le vaya la mano con el metraje, que en este tipo de películas no debería superar los noventa minutos y aquí se acerca peligrosamente a las dos horas. Eso hace que a ratos el ritmo se resienta, y que pierda algo de fuelle el humor en la parte final. Pero no debemos restarle méritos a una película que tiene muy claros sus objetivos y que no engaña a nadie. Con mucho en común con Salidos de Cuentas o Cómo acabar con tu jefe, una de las comedias más divertidas que podemos echarnos a la cara.

"Berlin File"
The Berlin File, muy recomendable muestra de cine de espionaje surcoreano con secuencias de acción trepidante.
Comienza visualmente cercana a Red de mentiras, de Ridley Scott, progresa luego en clave de intriga de espionaje más propia de la Guerra Fría, en la línea de las novelas de traición y soledad de John Le Carré, y mezcla todo eso con secuencias de acción espectaculares y de gran autenticidad que a ratos recuerdan algunos momentso trepidantes de las últimas entregas de la saga de 007 protagonizadas por Daniel Craig.

El resultado es una recomendable muestra de cine de espionaje que presenta la curiosidad de retomar claves que el cine de espías en occidente dejó aparcadas una vez terminada la Guerra Fría. Es lógico teniendo en cuenta que Corea del Sur todavía vive en una fase de Guerra Fría con Corea del Norte y por tanto sus películas de este género nos ofrecen un paisaje curioso de las tramas de intriga relacionadas con los servicios secretos. Es como reencontrarse con el cine de espionaje de los años setenta pero con todas las claves de objetos y paisajes de nuestra actualidad.

Aún mejor que todo lo anterior es el gran ritmo de montaje y planificación que nos ofrece le director para contarnos una historia que además mezcla muy bien los momentos de drama intimista del matrimonio protagonista con la trama de acción propiamente dicha. Tal y como suele ocurrir, la manera de abordar los géneros de las producciones de Corea del Sur no participan del conformismo que suelen manifestar muchas producciones occidentales. También buscan la comercialidad, lo cual las lleva a montar unas espectaculares e incluso circenses secuencias de acción que recuperan la cámara lenta al estilo Peckimpah y están influidas por el despliegue visual de las producciones de Hong Kong dirigidas por John Woo, pero al mismo tiempo consiguen desarrollar unos personajes más sólidos, más interesantes en sus conflictos, de los que nos ofrecen actualmente los blockbuster norteamericanos.

The Berlin File tiene un planteamiento argumental que sigue en cierto modo el mismo juego de ritmo pausado inicial dedicado a montar la intriga en aproximadamente la primera hora de metraje, para meterse luego de lleno en una fase más inclinada hacia los tiroteos y enfrentamientos, las carreras, fugas y persecuciones, que respaldadas por ese arranque resultan mucho más sólidas e interesantes para el espectador. Frente a la acción por la acción que suelen ofrecernos muchas películas norteamericanas, en esta produccion de Corea del Sur encontramos un puñado de personajes más completos, lejos del esquematismo tópico de algunas películas  de acción occidentales.

Los últimos 45 minutos de película están dedicados prácticamente en su totalidad a enlazar una serie de enfrentamientos violentos que hacen buena la predicción de uno de los personajes en la primera parte del relato, cuando afirma que se acerca una tormenta y no hay donde resguardarse. Y además cada una de esas secuencias de acción tiene una coreografía y unos momentos y elementos que las convierten en auténticas escuelas de lo trepidante en el audiovisual, muy lejanas a las réplicas de planteamientos hurtados al videojuego de las versiones estadounidenses de estos mismos temas. Los planos, los movimientos de cámara, el montaje, imponen un ritmo poderoso y frenético a esta muy recomendable película cuyo único punto flaco son los actores occidentales del reparto, mal conjuntados con los coreanos y poco creíbles en sus interpretaciones.

Por lo demás, título absolutamente imprescindible para los aficionados al cine de espionaje, acción e intriga, en el que esta producción es un saludable soplo de aire fresco.

"La Cabaña En El Bosque"

La cabaña en el bosque, un hilarante disparate que homenajea el cine de terror en todas sus formas.
El cine de terror, la fabricación del miedo en la pantalla grande, es el verdadero tema de esta broma que recorre y se regodea en los tópicos de todas las variantes de cine de terror, desde las películas de asesino en serie persiguiendo jovenzuelos descerebrados hasta los falsos documentales rodados con cámara al hombro o las criaturas sobrenaturales de las tramas de H.P. Lovecraft, sin olvidar las intrigas de conspiración elevadas a escala cósmica. Lo mejor es que visitando todas esas variantes, nunca pierde ritmo o nos somete a cortes abruptos. Una de sus características a destacar es la fluidez de su guión, su capacidad de mantener el interés del espectador introduciendo nuevos giros en los momentos más oportunos para no quedarse estancada o aburrirnos con las repeticiones, su facilidad para sacar lo mejor de cada tópico del género, y sobre todo la astucia con la que construye su argumento para hacer que en todo momento se mantenga una incógnita creciente sobre a dónde vamos a ir a parar con estos disparatados narradores que lo mismo se ríen de una variante terrorífica de programas como Supervivientes o Gran Hermano que se carcajean desde el guiño cómplice de clásicos como Posesión infernal, Viernes 13, La noche de Halloween, La matanza de Tejas… o se sacan de la chistera personajes tan chispeantes como esos dos maestros de ceremonias que sirven como una especie de jefes de pista de este circo del metagénero, los ejecutivos de esa siniestra pero al mismo tiempo cómica cadena de televisión interpretados por Richard Jenkins y Bradley Whitford. Sólo por ver a estos dos tipos asociados ya merece la pena pasarse a ver la película.

La cabaña en el bosque es lo que debería haber sido y no fue R.I.P.D. Y acierta en todo lo que se equivocó aquella otra película de la que ya hablé en esta misma página. Se mueve con gran flexibilidad entre las fronteras de los distintos géneros y subgéneros que nos propone (en su variado menú hay incluso algo de híbrido de terror con la ciencia ficción estilo cine fantástico norteamericano de los años cincuenta, esa especie de zoológico final desatado en plan “los monstruos invaden la Tierra”), consiguiendo además que los elementos de su carácter más satírico, sus bromas, encajen a la perfección con algunos momentos inquietantes. Y precisamente por su carácter de sátira de los reality show de televisión, consigue incorporar la sátira y la parodia a un argumento que es mucho más que mero amontonamiento de guiños jugosos para los friquis de todos los géneros incluidos en su abanico de posibilidades.

Lo que hace La cabaña en el bosque es hablarnos de nuestra sociedad cuando nos habla de todo aquello que los medios de comunicación y especialmente el cine, el cómic, la televisión y los videojuegos, nos proponen como alternativas de ocio. Somos lo que comemos, pero también somos lo que vemos y nos define cómo y con qué nos gusta entretenernos.

Y en eso, La cabaña en el bosque acierta en la diana y nos deja un paisaje ciertamente terrorífico con un homenaje final y a lo bestia a todos los cliffhanger con los que suelen terminar las series de televisión, que también forman parte de las parodias y homenajes de esta muy recomendable película.

"Septimo"

Séptimo, intriga competente con notable trabajo de Ricardo Darín y Belén Rueda.
Esta propuesta de cine de suspense desarrollada en la ciudad de Buenos Aires, mirada como laberinto urbanita desde las primeras imágenes del relato, contiene todos los elementos para dar lugar a una hora y media muy entretenida, de las más entretenidas que hemos visto este año en los cines. Hora y media en tensión, porque hay dos niños desaparecidos y un padre que los busca desesperadamente. Pero no se alarmen. No hay lágrimas gratuitas. Ni ejercicio de melodrama facilón. Ni alarde de tragedia cotidiana. Todo es ritmo, intriga, tensión. Y unas  notables interpretaciones de sus dos protagonistas, Ricardo Darín y Belén Rueda, bien respaldados por un competente equipo de secundarios que no venden esta pesadilla del urbanita con una solvencia que para sí quisieran muchas producciones norteamericanas del mismo género. En esta película, y sobre todo en su desenlace, las miradas dicen mucho más que las palabras. Su motor para la intriga, la desaparición de los niños, es sólo el pretexto para hablarnos de la soledad del urbanita perdido en los desfiladeros de acero y hormigón, como dejan claro esos planos generales del paisaje en el que se va a desarrollar la trama, la ciudad de Buenos Aires, enorme, capaz de albergar muchos dramas cotidianos, muchas desesperadas carreras contra el tiempo como la que va a enfrentar ese protagonista al que luego se nos muestra en su vulnerabilidad de insecto contemplado en planos cenitales, corriendo entre otros insectos del hormiguero en una lucha por solucionar sus problemas. Darin es perfecto para interpretar a ese tipo más o menos normal y corriente con el que empatizamos casi desde el primer momento no tanto por sus errores y éxitos como por esa carrera para intentar atender a su función como padre divorciado, llevar a sus hijos al colegio, llegar a tiempo a atender su negocio, atendiendo a las llamadas de móvil que siempre le reclaman en otro sitio… Es esa presión sobre el personaje, que muchos conocemos y soportamos en este mundo moderno, lo que Darín hace incluso mucho más cercano y auténtico con su  interpretación, incluso en los momentos más tópicos en los que flaquea la verosimilitud de la trama por haber caído en la trampa del lugar común, como la batería agotada del móvil o la pastilla reveladora que sirve para resolver el enigma. Asociado a Belén Rueda, que durante toda la película es un sólido respaldo para el protagonista masculino pero en el último tramo del relato tiene la ocasión de lucirse nuevamente demostrando que es una de las más sólidas presencias ante la cámara con las que cuenta el cine español, Darín encarna todas las desconfianzas y flaquezas que adornan nuestras existencias en el mundo moderno. Sospecha de todo y de todos. Y eso es lo que convierte esta película en un relato sobre el aislamientoconstruida siempre con planos muy cercanos, siempre cerca e incluso sobre los personajes, metiendo al espectador de lleno en la trama y haciéndonos compartir el punto de vista de una sombra preocupada por el destino de los personajes. Esta solvente fábula sobre el aislamiento y la paranoia, sobre lo poco que conocemos de nuestros prójimos más cercanos, juega con nosotros facilitándonos múltiples sospechas y falsos culpables, planteándonos el conocido juego de pistas para distraernos y engañarnos con la estrategia de información propia de una fábula de Hitchcock y conseguir así que acabemos tan paranoicos como el propio protagonista.

Séptimo es cita obligada para los aficionados al cine de intriga, el suspense y los juegos de pulso con el narrador y paseo por los laberintos de la investigación habituales en las novelas estilo Agatha Christie, Sherlock Holmes y G. K. Chesterton, intentando responder con el protagonista a las preguntas sobre el paradero de sus hijos y quién es el culpable.

Visualmente es diferente, pero en su esencia está cocinada con la misma pasta de películas como Abre los ojos, El cuerpo, Grand Piano y Última llamada.

"El Juego De Ender"


El juego de Ender, ciencia ficción de calidad, imprescindible para los amigos del género y recomendable para aficionados al buen cine.
La adaptación al cine de El juego de Ender, la novela de Orson Scott Card, no era nada fácil y de hecho todo apunta que muy posiblemente el mejor terreno para trasladarla al audiovisual era el de la serie o miniserie de televisión. A pesar de ello, el resultado final de esta adaptación a la pantalla grande de la fábula sobre sobre la corrupción de niños soldados convertidos en asesinos tiene una excelente factura visual, saca el máximo partido a su despliegue de efectos visuales, y propone una forma de entender la ciencia ficción más madura y cercana a los planteamientos literarios del género. Esa misma tendencia marcó las películas de ciencia ficción en su paso a la edad adulta, iniciada con 2001 de Kubrick a finales de los sesenta, y finalizada abruptamente con ele estreno de La guerra de las galaxias de George Lucas más o menos una década más tarde. El juego de Ender en su forma como película es el perfecto ejemplo para definir esa frontera que separa las versiones cinematográficas de las historias que adaptan, en una lógica mutación que impone las necesidades del medio cinematográfico sobre las necesidades y logros de la literatura. La película elige centrarse en el personaje que da título al libro, podando el resto de las subtramas implicadas en el relato original Fundamentalmente la gran sacrificada es la subtrama que protagonizan la hermana y el hermano de Ender, que en el momento de aparición de la novela fue un excelente ejercicio de prospectiva de su autor, anticipando el papel de internet y las redes sociales en el devenir político. Eso elimina casi totalmente el papel del hermano de Ender, que en la novela era un antagonista, la gran amenaza, y deja el papel de la hermana bastante mermado narrativamente. Teniendo en cuenta que todas las novelas de Orson Scott Carr hablan de la familia, es una pérdida que muchos seguidores del libro podrían considerar lógicamente muy sensible. Pero al leer los créditos de la película se me ocurrió que el término “basado en…” tiene un significado que quizá a muchos se nos podría haber escapado cuando hacemos balance de las adaptaciones de la novela al cine. Lo cierto es que dentro de una novela no hay nunca una sola, sino muchas historias distintas, y como ejemplo basta citar una destacada obra maestra de la ciencia ficción cinematográfica, Blade Runner, que dejó fuera de su relato varios elementos y subtramas interesantes de la novela de Phillip K. Dick que la inspiró, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, especialmente el tema del Mercerismo. Es un excelente motivo, entre muchos otros, paras volver a insistir en que es esencial leer, porque además leer sigue siendo el mejor pasatiempo que conozco. Teniendo en cuenta esa pluralidad de historias que habitan en toda novela y el hecho de que leer sigue siendo mi pasatiempo favorito, incluso por delante del cine, no me causa mucho problema ni escrúpulo ver versiones cinematográficas que adaptan la parte del libro original que a sus creadores les parece más significativa. Siempre y cuando sigan siendo fieles a eso que algunos llaman “el espíritu” del original y yo prefiero calificar simplemente como las tripas del asunto. Ese “espíritu” y esas tripas están plenamente presentes en esta versión cinematográfica de El juego de Ender, aunque inevitablemente sus artífices hayan decidido podar toda la parte “política” de la novela, que servía como contrapeso de equilibrio de la parte más belicista de la misma. Lo cierto es que me molesta más que la simplificación que se impone en la versión cinematográfica nos deje una peripecia de formación de Ender más concentrada en lo referido a su largo periodo de aprendizaje, promoción y liderazgo, una reducción de las batallas que debe librar y del papel del libro que da título a la historia así como un resumen del papel que tiene el videojuego como alternativa de género de fantasía y cuentos infantiles que en la obra de Orson Scott Card complementa con excelentes resultados las claves de ciencia ficción.

Lo que ocurre con esta versión cinematográfica de El juego de Ender, es que mirada desde la experiencia de haber leído la novela puede hacernos caer en la trampa del purista fundamentalista, llevándonos a pensar que esa poda de elementos de la misma es perjudicial para el relato, porque rompe la trinidad de distintas caras que presentaba el mismo: la peripecia de formación y superación de Ender en el entorno militar, que es un excelente ejemplo de la ciencia ficción militarista aplicada a reflexiones humanistas; las fábulas fantásticas desplegadas en el videojuego del gigante que introduce la fantasía en esa fórmula narrativa de ciencia ficción, incorporando elementos grotescos que son como un eco de las aventura de Alicia en el país de las maravillas, y finalmente la trama de manipulación y ascenso al poder de los dos hermanos en el frente civil, que añade una nota de distopía tecnológica al conjunto, además de constituirse en principal valedora del relato como interesante ejercicio de prospectiva y anticipación dentro de la ciencia ficción de carácter sociológico.

El Clasico De La Semana:

"La Strada"


La strada es una película italiana de 1954 producida por Dino De Laurentiis y Carlo Ponti, dirigida por Federico Fellini y protagonizada por Anthony Quinn y por la esposa de Fellini, Giulietta Masina. Es un ejemplo clásico del período neorrealista del director y la película que le otorgaría un sólido prestigio internacional.
Fue candidata al Oscar en 1957 en la categoría de mejor guion (Federico Fellini y Tullio Pinelli), y ganó el premio a la mejor película de habla no inglesa. En el Festival de Venecia de 1954, Fellini ganó el León de Plata y fue candidato al León de Oro. En la Argentina la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina la premió como la Mejor Película Extranjera en 1957.
Una joven que trabaja para un artista ambulante llamado Zampanò (Anthony Quinn). La joven muere, y la madre toma a Gelsomina (Giulietta Masina), también hija suya, y la vende al artista.
Pese al carácter violento de Zampanò, la muchacha se siente atraída por el estilo de vida en la calle (la strada), sobre todo cuando su dueño la incluye como parte del espectáculo. Aunque varios de los personajes que se encuentra por el camino le ofrecen que se una a ellos, Gelsomina demostrará su lealtad a Zampanò hasta los límites.

La Pelicula Freak:

"Atrapado En El Tiempo"


Groundhog day (Atrapado en el tiempo en España y Hechizo del tiempo o El día de la marmota en Hispanoamérica) es una película dirigida por Harold Ramis y protagonizada por Bill Murray.
Sinopsis
Phil Connors (Bill Murray) es un meteorólogo algo frustrado que acude al pequeño pueblo de Punxsutawney cada 2 de febrero junto a la redactora Rita (Andie MacDowell) para retransmitir el comportamiento de una marmota que determina cuánto tiempo queda hasta que termine el invierno, esta tradición local se conoce como el Día de la marmota. Lo que no imagina es que deberán pasar la noche en el pueblo debido a una tormenta de nieve y, a la mañana siguiente, misteriosamente volverá a vivir el mismo día. Y así, sucesivamente.
El meteorólogo de una estación de televisión de Pittsburgh, Phil Connors (Bill Murray), acompañado de su nueva redactora Rita (Andie MacDowell), acude con su técnico de grabación, Larry (Chris Elliott), a Punxsutawney, una pequeña población de Pennsylvania en la que, cada 2 de febrero, en pleno invierno, el comportamiento de una marmota en la fiesta local determina cuánto tiempo queda hasta que termine la estación fría, el famoso Día de la marmota. A primera vista vemos que Phil es un hombre frustrado en sus ambiciones y aburrido con su trabajo, y en su arrogancia piensa que su carrera profesional no avanza todo lo rápido que merecería.
Realizadas las tomas de la marmota y transmitidas por televisión, el pequeño grupo se dispone a regresar a Pittsburgh para poder cubrir el noticiario de las 5. Sin embargo, una tormenta de nieve les obliga a pasar la noche en el pueblo. A la mañana siguiente suena el despertador con la misma música del día anterior («I Got You Babe» de Sonny & Cher). A medida que se viste y acude al comedor para desayunar, el incrédulo Phil se va dando cuenta de que está viviendo de nuevo el día de la marmota.
Tras repetirse varias veces esta situación, Phil descubre que es el único consciente de ese extraño fenómeno y decide aprovechar la información que obtiene cada día para beneficiarse «al día siguiente». Sin embargo «más tarde» decide enamorar a su redactora sin tener suerte. Día tras día es rechazado, así que decide suicidarse al pensar que dentro de ese bucle temporal nunca logrará su amor por lo que su vida carece de sentido. Para ello coge un coche y se lanza a un acantilado, pero de nuevo se despierta por la mañana como cada día, entonces prueba otras formas de suicidarse (se arroja de un edificio, se mete a la bañera con un tostador, etc.), pero todas ellas resultan inútiles ya que cada vez se despierta de nuevo el día 2 de febrero. Viendo que esto no funciona empieza a deprimirse, pero aconsejado por Rita se da cuenta de que puede mejorar su vida como un benefactor que ayuda a los demás.
De esta manera comienza una vida diaria haciendo el bien a quien necesite, como ayudar a un atragantado aplicándole la maniobra de Heimlich, o salvando a un niño de caer de un árbol. Sin embargo se desanima al no ser capaz de salvar la vida de un anciano sin hogar, a pesar de llevarle a un hospital para que le atiendan. Cuando quiere ver el expediente del occiso la enfermera le da algo de consuelo al decirle que «ya era su momento».
Finalmente se puede ver que Connors desarrolla y mejora enormemente sus habilidades, hasta el punto de aprender a tocar el piano como un virtuoso, esculpir en hielo, hablar en francés y memorizar la vida de los habitantes del pueblo. Y a la vez que mejora sus habilidades físicas también realza su comportamiento, haciendo que sea apreciado por la gente de Punxsutawney. Así mismo confiesa un verdadero amor a Rita, finalmente ella le acepta y de ese modo se rompe el ciclo al despertarse en el 3 de febrero.
Bill Murray como Phil Connors.
Andie MacDowell como Rita.
Chris Elliott como Larry. Buscate la vida
Stephen Tobolowsky como Ned Ryerson.
Brian Doyle-Murray como Buster Green.
Rick Ducommun como Gus.
Rick Overton como Ralph.
Robin Duke como Doris, la camarera.
Marita Geraghty como Nancy Taylor.
Michael Shannon como Fred.
Harold Ramis como Neurologist.


La Pelicula Española:

"Mujeres al borde de un ataque de nervios"

Mujeres al borde de un ataque de nervios es una película española dirigida por el director Pedro Almodóvar en 1988. Fue ganadora del premio Goya a la mejor película de 1988 y candidata a los Premios Óscar. Durante 1988 fue vista por 1.784.697 espectadores, en España, siendo la segunda película más vista, por detrás del El último emperador y obtuvo una recaudación en este país durante 1988 y 1989 de 912.592.487 pesetas (5.485.384€), constituyendo la película española más taquillera durante esos años.
reparto
Carmen Maura (Pepa Marcos, antigua amante de Iván)
Antonio Banderas (Carlos, hijo de Iván)
Julieta Serrano (Lucía, madre de Carlos y exmujer de Iván)
Rossy de Palma (Marisa, novia de Carlos)
María Barranco (Candela, amiga de Pepa)
Kiti Manver (Paulina Morales, abogada y nueva amante de Iván)
Guillermo Montesinos (taxista)
Chus Lampreave (portera Testigo de Jehová)
Eduardo Calvo (padre de Lucía)
Mary González (madre de Lucía)
Loles León (secretaria)
Fernando Guillén (Iván)
Ángel de Andrés López (Policía)
Joaquín Climent (policía anuncio)
Argumento
Pepa e Iván son una pareja sentimental y ambos se dedican al doblaje de películas. Cuando Iván rompe con ella, Pepa descubre que está embarazada, y lo busca para decírselo.
Iván, por su parte, estuvo casado anteriormente con Lucía, que al dar a luz enloqueció y tuvo que ser internada en un psiquiátrico, donde es abandonada por Iván. Una noche, Lucía oye la voz de Iván en el televisor, doblando a un actor de una película. En ese momento decide fingir que está curada para salir del psiquiátrico y volver a casa con Iván, descubriendo que éste se ha separado de ella.
Carlos, el hijo de Lucía e Iván, se va de casa de su madre y busca un piso con su novia, Marisa. En la búsqueda van a dar precisamente con el ático de Pepa, que ella ha puesto en alquiler en una agencia. En el piso Carlos deduce que Pepa es la amante de su padre, aunque no puede decirle a Pepa dónde está porque no lo sabe. En realidad, tanto su madre como él pensaban que estaba con Pepa. Marisa, aburrida, decide tomar un vaso de gazpacho del frigorífico de Pepa. Lo que no sabe es que ese gazpacho está dopado con somníferos, ya que en un momento de desesperación, Pepa quería dárselo a Iván para obligarle a quedarse.
Candela es una amiga de Pepa que tuvo recientemente una aventura amorosa con un árabe que resulta ser miembro de un comando terrorista chiíta que la mantiene retenida un tiempo en su propia casa mientras planean secuestrar un avión que sale hacia Estocolmo. Cuando los terroristas abandonan su casa, Candela se deshace de las pruebas y corre a casa de Pepa en busca de ayuda.
Pepa consigue entrevistarse con una conocida abogada feminista, Paulina Morales, que en lugar de aceptar el caso de Candela sospecha que es Pepa la que está involucrada con los terroristas. Allí, Pepa descubre en el despacho de la secretaria de la abogada un billete de avión para Estocolmo, aunque ella aún no sabe que ése es el avión que pensaban secuestrar los terroristas.
En la búsqueda de Iván, Pepa coincide con Lucía en un par de ocasiones, lo que hace que finalmente ésta se presente en casa de Pepa para exigirle que deje a su marido en paz. Desde la propia casa de Pepa, Carlos había llamado a la policía avisando de lo del secuestro aéreo, de modo que se presentan dos policías haciendo preguntas. Fingiendo no saber de qué están hablando, Pepa les ofrece gazpacho a todos, quedando únicamente en pie Lucía y ella misma. Lucía le tira el gazpacho a la cara y sale en dirección al aeropuerto para acabar con Iván, del que ya sabe que se va en avión con Paulina Morales.
Tras una divertida persecución por las calles de Madrid, Pepa llega al aeropuerto justo a tiempo para evitar que Lucía dispare a Iván. Una vez rescatado, Pepa por fin puede hablar con Iván, aunque tras todos los eventos del día decide que lo único que quería decirle ya no importa, volviéndose a su casa y continuando con su vida sin Iván.
Fue la primera vez que dos actrices de una misma película optaron al premio Goya a la mejor actriz de reparto. La película obtuvo 16 nominaciones, logrando finalmente el Goya en cinco apartados.
La terminología "ataque de nervios" se suele referir de manera literal especialemnte en la denominación en ingles "Nervous Breakdown" a una patología psicológica para la que hay una asociación literaria con la histeria y una asociación científica con el estrés postraumático2 , pero en el título original en Español tiene mas bien que ver con frases coloquiales de aquella época, como estar "atacada/o de los nervios" 3 ,  propias de algunas ciudades de España, y muy en particular de un sector de la cultura Gay, donde en tono humorístico, jocoso, o incluso irónico, se hace referencia a ciertos grados de stress (producidos por una sucesión de hechos extraordinarios que alteran la actividad rutinaria y el normal comportamiento de las personas) que desembocan en lo que popularmente se conoce en España como "berrinche" o "el perder los papeles", bastante habitual y que no necesita de ningún cuadro médico.
Premios 5 goyas, menos director Almodovar.


El Personaje:

"Burt Lancaster"

Burt Lancaster (Nueva York, 2 de noviembre de 1913 - Los Ángeles, 20 de octubre de 1994) fue un actor estadounidense, perteneciente al cine clásico de ese país. De fuerte atracción y energía, su figura fue sinónimo del hombre galán y rudo. Ganador de un premio Óscar y nominado en otras tres ocasiones, su prestigio interpretativo se acrecentó a partir de su colaboración en el cine europeo, especialmente de sus colaboraciones con Luchino Visconti.
Nació en Nueva York con el nombre de Burton Stephen Lancaster, como uno de los cinco hijos de un trabajador de correos. Creció en el Harlem oriental o Harlem Español y pasaba muchas horas en la calle, donde desarrolló su interés y su habilidad por el ejercicio físico y la gimnasia. Más tarde trabajó como acróbata de circo, hasta que una lesión le obligó a abandonar esta profesión.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Lancaster actuó en espectáculos del ejército. Aunque al principio la interpretación no le atrajo, cuando volvió del servicio militar intentó ser actor y recibió una oferta para un papel en una obra teatral en Broadway.
No tuvo éxito, pero un agente de Hollywood se fijó en él y le consiguió, en 1946, su primer papel cinematográfico en la película Forajidos junto a Ava Gardner. En esta ocasión sí tuvo un éxito considerable, de forma que intervino al año siguiente en otras dos películas. Lancaster fue un actor autodidacta que se hizo a pulso, intentando superarse en cada una de sus interpretaciones, y que aprovechó su buena apariencia física para abrirse paso en el ambiente hollywodense. Al principio, los papeles que interpretó fueron predominantemente personajes de carácter rudo y directos que acomodaban bien con su personalidad.
A partir de allí, actuó en numerosas producciones, desde dramáticas y de intriga, hasta bélicas y de aventuras. En varias de sus películas de aventuras, que alcanzaron un gran éxito de taquilla, como El halcón y la flecha o El temible burlón, le acompañó en el reparto su amigo de la infancia y compañero del circo Nick Cravat, también un gran acróbata, y que solía representar personajes mudos, posiblemente debido a que su marcado acento de Brooklyn no entonaba demasiado con las épocas en las que se desarrollaban los argumentos de sus películas.
A mitad de la década de 1950 desafió su propia capacidad de interpretación, aceptando papeles cada vez más exigentes y variados.
En la mayoría de ellos, el actor, autodidacta, tuvo un gran reconocimiento del público y de los profesionales del cine. De esta forma se convirtió en uno de los grandes actores clásicos de su tiempo, siendo también una estrella del cine, participando en películas que pasaron a ser clásicos del cine como Veracruz (1954) de Robert Aldrich, Duelo de titanes (1957) del director John Sturges, Elmer Gantry (1960) del director Richard Brooks, El gatopardo (1963) del director Luchino Visconti, entre otras.
Recibió en 1960 el Óscar al mejor actor principal, por su papel en Elmer Gantry, por el que también fue galardonado con un Globo de Oro y el premio de los Críticos de Cine de Nueva York. Fue nominado al Óscar al mejor actor por otras tres películas; la primera, De aquí a la eternidad en 1953 del director Fred Zinnemann donde realiza una escena considerada erótica para los estándares de la época con Deborah Kerr, la segunda fue El hombre de Alcatraz en 1962 del director John Frankenheimer y Atlantic City en 1980 del director Louis Malle.
En una época más avanzada de su carrera, Lancaster abandonó las películas de acción al hacerse más madura su apariencia y se concentró en interpretar papeles de personajes distinguidos, lo cual aumentó aún más su prestigio. Fue un competidor actoral de Kirk Douglas y Marlon Brando.
Trabajó en varias producciones europeas con directores como Luchino Visconti o Bernardo Bertolucci. Interesado en papeles exigentes, estuvo dispuesto en más de una ocasión a trabajar por una compensación económica muy por debajo de la habitual si el guion y el director le parecían interesantes. Incluso ayudó a financiar con su propio dinero películas que consideraba de un especial valor artístico. También produjo algunas películas del incipiente cine independiente, ayudando a directores como Sydney Pollack o John Frankenheimer a consolidarse en el mundo del cine. Asimismo, apareció en varias películas producidas para la televisión. En 1979, sufrió su primer ataque cardíaco mientras rodaba las primeras escenas de La leyenda de Bill Doolin. A pesar de esto, siguió trabajando durante toda la década de los 80 tanto en el cine como en la televisión.
En noviembre de 1990, poco después de acabar el rodaje de su última película, sufre un infarto masivo que le deja incapacitado. A partir de ese momento, se aísla socialmente incluso de sus amistades no dejando que lo visiten y sólo permitiendo el contacto telefónico. Una actriz y amiga que deseaba verlo fue rechazada por Lancaster al teléfono con el siguiente mensaje:1
-"Deseo que me recuerdes como tú me conociste y no que veas en lo que me he convertido"-
Fue también un defensor de minorías y apoyó financieramente la creación de grupos liberales, lo que hizo crecer el rumor de su posible militancia comunista cuando se opuso al macartismo. Más adelante en su vida fue un opositor a la guerra de Vietnam. Siendo un defensor de los derechos de los homosexuales, se incorporó a la lucha contra el sida en 1985, cuando su amigo Rock Hudson adquirió el mal.
Fue una persona muy celosa de su intimidad. Estuvo casado en tres ocasiones, su primer matrimonio fue con June Ernst (1935-1946), su segundo matrimonio fue con Norma Anderson (1946-1969) quien le dio cinco hijos. Lancaster tuvo fama de mujeriego lo que desencadenó el divorcio de Anderson en 1969.
Se casó con su tercera esposa, Susan Martin, en 1991 ya en el ocaso de su vida y lo acompañó hasta su muerte.
Ese mismo año de 1991 sufrió un ataque de apoplejía que lo dejó mudo y tuvo que someterse a una operación a corazón abierto; luego, un ataque cerebral le obligó a usar una silla de ruedas, quedando parcialmente paralítico.
A medida que se fue haciendo mayor, su corazón comenzó a fallar, lo que le impidió seguir desarrollando su actividad profesional con normalidad. Falleció en 1994, en su casa de Los Ángeles, como consecuencia de un infarto de miocardio. Sus restos se encuentran en el Cementerio Westwood Village Memorial Park de Los Ángeles, California.
FILmografia
El taller del orfebre (1989)
Campo de sueños (1989)
El cohete de Gibraltar (1988)
Project (1987)
Otra ciudad, otra ley (1986)
Pequeño tesoro (1985)
Clave: Omega (1983)
Un tipo genial (1983)
La piel (1981)
La leyenda de Bill Doolin (1981)
Atlantic City (1980)
Amanecer Zulú (1979)
La patrulla (1978)
La isla del Dr. Moreau (1977)
Alerta misiles (1977)
El puente de Casandra (1976)
Novecento, 1900 (película) (1976)
Buffalo Bill y los indios (1976)
Confidencias (1974)
El hombre de la medianoche (1974)
Acción ejecutiva (1973)
Scorpio (1973)
La venganza de Ulzana (1972)
Que viene Valdez (1971)
En nombre de la ley (1971)
Aeropuerto (1970)
Los temerarios del aire (1969)
La fortaleza (1969)
El nadador (1968)
Camino de la venganza (1968)
Los profesionales (1966)
La batalla de las colinas del whisky (1965)
El tren (1964)
Siete días de mayo (1964)
El último de la lista (1963)
El gatopardo (1963)
Ángeles sin paraíso (1963)
El hombre de Alcatraz (1962)
Vencedores o vencidos (1961)
Los jóvenes salvajes (1961)
El fuego y la palabra (1960)
Los que no perdonan (1960)
El discípulo del diablo (1959)
Mesas separadas (1958)
Torpedo (1958)
Chantaje en Broadway (1957)
Duelo de titanes (1957)
El farsante (1956)
Trapecio (1956)
La rosa tatuada (1955)
El hombre de Kentucky (1955)
Veracruz (1954)
Apache (1954)
Su majestad de los mares del Sur (1954)
Three Sailors and a Girl (1953)
De aquí a la eternidad (1953)
Huracán de emociones (1953)
Vuelve pequeña Sheba (1952)
El temible burlón (1952)
Diez valientes (1951)
Jim Thorpe, el declive de un campeón (1951)
El valle de la venganza (1951)
El caso 880 (1950)
El halcón y la flecha (1950)
Soga de arena (1949)
El abrazo de la muerte (1949)
Sangre en las manos (1948)
Voces de muerte (1948)
Todos eran mis hijos (1948)
Al volver a la vida (1948)
La hija del pecado (1947)
Fuerza bruta (1947)
Forajidos (1946)

La Serie:

"Breaking Bad"


Breaking Bad es una serie estadounidense creada y producida por Vince Gilligan que mezcla el drama con un poco de western algo de thriller y mucha anfetamina de color azul, esta protagonizada por Bryan Craston y Aaron Paul.

Narra la historia de Walter White un profesor de Química  al que le diagnostican un cáncer de pulmón inoperable, preocupado por como será el futuro de su familia decide unirse a Jesse Pinkman, antiguo alumno suyo, yonki y camello de poca monta para fabricar y distribuir anfetamina para así poder pagar tanto el tratamiento de su cáncer y asegurar el futuro de su familia.

La serie avanza capitulo a capitulo por sus cinco temporadas atrapando al espectador en la evolución de Walter White en Heisenberg (nombre elegido por este para traficar con metanfetamina)  o lo que es lo mismo en un simple y tímido profesor de química de instituto en un mafioso traficante de drogas buscado por toda la DEA de Alburquerque que esta encabezada por su cuñado.

La serie ha recibido una gran aclamación de publico y critica arrasando en varios premios como Emmys, Globos de oro y el Sindicato de Actores, sobresaltar el gran papel de Bryan Craston (Walter White) Aaron Paul (Jesse Pinkman) y Anna Gunn (Skyler, mujer de Walter)

Actualmente se prepara su remake hispanoamericano (Metástasis)

Podéis encontrar la serie por Internet y en emisión en Paramount Comedy.

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